miércoles, diciembre 05, 2007

El columpio

Disfrutaba sentarse cada tarde en su columpio.

Sentía que nada en el mundo existía que pudiera quitarle la tranquilidad que experimentaba al mecerse durante horas en esa rama de aquel árbol viejo.

Su madre era feliz al ver que su hija prefería jugar en el columpio que ver televisión.

Es verdad, al principio se preocupó un poco, pero después se hizo a la idea de que su hija es mas madura que el resto de los niños y entendía que la televisión solo la hacia una niña boba. Así que dejo de preocuparse y empezó a relajarse.

Cuando la niña se iba al columpio, la madre sabía que podía estar tranquila y se iba a la sala a descansar. Leía un libro, escuchaba música y a veces, si se sentía muy osada, veía un poco de televisión.

Eran felices.

En realidad, nadie sabía que todos los días, a la misma hora, el vecino llegaba. Estacionaba su auto y subía a su casa solo para encontrarse con su esposa.

Y todos los días el encontraba una razón para darle una golpiza una verdadera golpiza.

La niña lo descubrió por accidente, pero después de eso, no pudo dejar de ver, se hizo fanática.

Así que todos los días, si se esfuerza un poco, puede mecerse y sentir como el aire choca con su cara mientras en una ventana enfrente se lleva a cabo una pelea muy desigual con siempre el mismo resultado.

La televisión jamás la entretuvo igual.


Angel Alberto Rueda Mejía
Tonali 2007

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